El amor de una madre no tiene límites. Sacrificó su vida por traer a un bebé al mundo

Sarah Milner, con 30 años de edad, se topó con la decisión más importante del resto de su vida. Morir, producto de un cáncer que consumía progresivamente su cuerpo o traer al mundo a su tercer hijo.

Esta mujer nos regala una manera perfecta de demostrarle al mundo entero el verdadero significado de lo que es “el amor de una madre por sus hijos”.
Y es que Sarah se enteró que estaba gestando a un pequeño niño en su vientre junto con la fatídica noticia de que padecía cáncer de cuello uterino y que debían atacarlo inmediatamente ya que fue detectado a tiempo, estaba apenas en la primera etapa de esta enfermedad o las consecuencias serían lamentables e irreversibles.

“Los médicos me dieron la única opción de que tenía que parar el embarazo y con él perder a mi bebé de 21 semanas. Sin embargo esta nunca fue una posibilidad para mí, mi hijo vendría al mundo para completar nuestra familia sí o sí”.

Así que al negarse a recibir las quimioterapias planteadas por los médicos empieza una verdadera batalla para llevar un embarazo “normal” y que su cuerpo no muriera en el intento ya que su único objetivo claro en ese momento era que su hijo pudiese nacer sano y sin complicaciones.

Sarah logró traer al mundo a un hermoso y sano bebé a quien llamó Louis, este sacrificio produjo que su expectativa de vida se redujera notablemente debido a que el cáncer se expandió por todo su cuerpo y ya estaba en etapa cuarto, estaban muchos órganos afectados y los médicos le dieron sólo dos años más de vida como mucho.
Por este motivo Sarah vive cada día como si fuese el último, se dedico al cien por ciento a sus hijos, su pareja James le propuso matrimonio y su ceremonia fue algo inolvidable. «Todo lo organizamos en cuestión de días, nuestra luna de miel es algo que llevare en el corazón hasta que Dios decida mi partida».

“Mis hijos son mi mejor legado, sé que no me alcanzará la vida para compartir con ellos los momentos más emocionantes de sus vidas, es por eso que todo los días me dedico a escribirles cartas para que me recuerden en cada cumpleaños y navidades”.

“No me arrepiento de haber tomado esta decisión, se que mis hijos lily y Bobbie me sabrán entender”.
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