La atracción mental supera a la física y todos merecemos vivir un amor así.

El sentirte atraído por una persona por su autenticidad, espíritu y personalidad es lo más bonito que existe, es identifica que es lo que la vuelve realmente única y especial para ti en el mundo.

La belleza atrae pero el espíritu conquista

Objetivamente hablando, cuando salimos con alguien, lo primero que vemos es su físico. Y aunque cada persona es única y diferente, el departamento de la “química” entra en acción una vez que la vez y algo de su físico te atrae, sus ojos, su boca brazo y una larga lista de etc. Pero todo cambia cuando la atracción va más allá y se empieza a buscar algo más que superficial.

Con el paso del tiempo, la atracción física entre tu ligue y tu ira pasando a segundo plano dando paso a otro tipo de sensaciones. Si llegas a cerrar los ojos y piensas en esa persona, lo primero que te llega ya no es eso que te atrajo la primera vez, si no la esencia de su ser.

En conclusión, la atracción mental es más fuerte que la física y todos merecemos un amor así.

Amar y querer: dos caras de la misma moneda

Como decía el buen José José, “Amar y querer no es igual”  Cuando quieres a alguien quieres que este bien, que todo lo bueno le pase, disfrutas de su compañía. Pero cuando lo amas… cuando estás enamorado es muy diferente.

Cuando nos enamoramos, generalmente queremos estar con la persona de la que estamos enamorados tan a menudo como sea posible. Experimentamos mayores sentimientos de felicidad en su presencia, a menos que, por supuesto, ellos no sientan lo mismo, y entonces podrían ser mayores sentimientos de miseria y anhelo. Cuando se nos devuelve el amor, experimentamos sentimientos de felicidad y energía y creatividad renovadas. Experimentamos intensos sentimientos de anhelo por la presencia, el tacto, la aprobación y los sentimientos recíprocos de la otra persona.

Una conexión eterna.

“Si sufres es por ti, si eres feliz es por ti, si te sientes dichoso es por ti. Nadie más es responsable de cómo te sientes, sólo tú y nadie más. Tú eres el infierno y el cielo también”

Nada como crear nuevos escenarios, tener pláticas de todo y nada, estar junto a alguien que nos hace mejores, y nos reta constantemente.

Y es ahí donde entra en juego la atracción mental. Pero no todas las parejas la tienen, es un tipo de atracción donde se siente una verdadera conexión. Muchos hasta podrían sentirse intimidados ante tal tipo de conexión producida por la forma de ser, pensar y actuar de la persona.

Soñar con las pláticas de ese alguien, con opiniones, o de quien aprendes todos los días es más sexy que nada. Con esas personas no hay silencios incómodos, hay mucho crecimiento, y lecciones.

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