Todos los niños y niñas crecen con los clásicos cuentos de hadas, con finales felices, con los príncipes y princesas enfrentándose a bestias o brujas para salvar a su verdadero amor, pero pocos saben, que en algunos casos, sí existieron aquellas historias.
En los años 90, Disney empezó a producir muchas películas basadas en cuentos así, en su mayoría inspirados en libros del siglo pasado, como la colección de los hermanos Grimm.
Uno de los que más cautivó al público fue el de La Bella y la Bestia, donde un apuesto príncipe vivía encerrado en un castillo por una maldición que lo condenaba a vivir en el cuerpo de una bestia. Después una hermosa joven aparece en su vida y a pesar de todos los obstáculos que tienen que pasar nos demuestran que los sentimientos importan más que las apariencias.
Disney le dio a la audiencia un final feliz y esa ha sido la formula mágica desde entonces, sin embargo pocos saben que su historia original es más triste de lo que estamos acostumbrados a ver en las películas.
En 1740, la escritora Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve escribió un cuento parte de una colección infantil, y es muy probable que se haya inspirado en la historia de Petrus y Catherine Gonsalvus.
En el siglo XVI se dio uno de los primeros casos conocidos de hipertricosis, una condición que afecta a la persona llenándola de vello en cara y cuerpo de forma excesiva. Petrus Gonsalvus nació con la enfermedad y tratado como bestia por su apariencia.
Las personas consideradas raras o con alguna afección eran consideradas anormales y por lo tanto, tratadas como objetos, animales y fenómenos de circo. Petrus fue regalado a la corte de Enrique II de Francia cuando tenía 10 años, experimentaron con él y aunque demostró que sabía hablar y era inteligente, no lo veían con los mismos ojos que al resto de la corte.
A pesar de la falta de conocimiento del síndrome, Petrus fue educado como parte de la realeza y al final, tratado como tal. Poco después de la muerte de Enrique II, su viuda Catalina de Médici asumió el poder y lo casó con Catherine, la hija de uno de sus sirvientes.
Catherine no estaba enterada de la condición de su futuro esposo, tampoco podía negarse, por lo que ambos fueron obligados a casarse, aunque muchos dudan de la realidad de su matrimonio, otros aseguran que se trataban con respeto, amabilidad y comprensión.
Se tiene registro de que tuvieron 7 hijos, tres sin hipertricosis pero fallecieron a temprana edad. Explotaron la rareza de la familia al máximo, se pintaron cuadros e ilustraciones de todos, los vendían a otros miembros de la realeza y experimentaron con ellos.
Finalmente se les permitió retirarse de la corte y se mudaron a una provincia italiana. Según History Collection, existen registros de la muerte de Catherine pero no de Petrus, probablemente por su condición de «bestia» no tuvo un entierro como persona.
¿Crees que esta sea la historia detrás del clásico de Disney?
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