Es muy común los casos donde los niños van mostrando conductas disruptivas en la escuela, ya sea con los otros compañeros y hasta con el profesorado. Por lo que los padres se han visto afectados y apenados; y en la mayoría de casos no saben cómo actuar ante esta situación. Sin embargo, esta madre pensó en una inusual idea.
Becky Crandley, es una madre a la que le ha tocado luchar contra el mal comportamiento de su hijo, de 13 años, en la escuela. A diario recibía notas de parte de los profesores y directores de la institución, donde le advertían a la madre de la actitud irrespetuosa del chico en sus clases, por lo que tuvo que comenzar a imponer castigos sobre él si no se portaba bien, pero el niño se burlaba.
Al pasar un tiempo, las cosas continuaban igual o peor, por lo que Becky, ya cansada y avergonzada de la situación, decidió acompañar a su hijo a la escuela y se sentó junto a él durante toda la clase. Su intención era que su hijo sintiera pudor y no se atreviera a comportarse como normalmente lo hacía. «Su cara lo decía todo, estaba completamente avergonzado«, comentó la madre.
Al principio, la mujer pensó que podría tratarse de alguna etapa de crecimiento; sin embargo, al ver que cada vez eran más los mensajes que recibía de parte del personal de la escuela, decidió darle una lección a su hijo, y finalmente lo logró.
¿Crees que esta madre ha hecho lo correcto?, queremos saber qué opinas al respecto.
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