Las buenas acciones siempre tienen su recompensa.
Alrededor del mundo existen muchas personas que se esfuerzan todos los días para trabajar y conseguir dinero y así comprar alimentos y oras cosas básicas. Desafortunadamente, esto es mucho más difícil para unos que para otros. Sin embargo, aún existen personas de buen corazón que brindan su ayuda, pues aunque sea pequeña, puede cambiarle la vida por completo a alguien más.
Algo parecido es lo que le pasó a una joven estudiante, quien creyó estar ayudando a un hombre cuando en realidad, él la ayudaría a ella.
El hecho ocurrió en un supermercado y quedó registrado en video por el mismo hombre. El clip comienza con el sujeto cargando un cartón de huevos y pidiendo a varios clientes que le ayuden a completar para comprar el producto. Algunos lo rechazaron amablemente pero otros fueron groseros.
Por suerte, el hombre encontró a alguien dispuesto a ayudarlo. Se trata de Katia, una joven estudiante que también estaba comprando su despensa. Katia es originaria de otra ciudad y tuvo que mudarse para estudiar una carrera universitaria, por lo que vive sola, en una pequeña habitación que le prestaron.
La vida de la joven no ha sido fácil pues contó que desde que se mudó, hace aproximadamente cuatro años, no ve a su madre. Además, debe trabajar los fines de semana para mantenerse porque su familia no puede apoyarla económicamente. Así, con lo poco que gana, compra sus alimentos, aunque como se puede ver en el video y ella misma dijo, solo consigue lo básico.
A pesar de eso, Katia estuvo dispuesta a darle el poco dinero que tenía al hombre cuando este le pidió para comprar sus huevos; pues ella conoce el sentimiento no tener lo suficiente para comprar comida. Incluso regresó algunos de sus artículos al estante para poder apoyar al hombre. Y tan pronto como le entrega el dinero; este hombre se lo regresa y le explica que en realidad no lo necesita.
Se trataba de un experimento social.
La intención del sujeto era conocer la bondad en las personas y recompensarlas por ello. Así que le ofreció a Katia pagar por las cosas que llevaba y llenar su canastita con más productos para que se alimentara bien y no tuviera que preocuparse. Con todo y pena, la joven aceptó.
Pero la recompensa no terminaría con pagar la cuenta pues una vez fuera del supermercado, el hombre le dio otra sorpresa a Katia. En una canasta con huevos de plásticos que ofreció a la estudiante, le regaló varios miles de pesos. El hombre le dijo que «rompiera» los huevos pues al interior había dinero, y con cada huevo que abría encontraba más y más billetes.
Katia se mostró muy agradecida y dijo que usaría el dinero para ir a visitar a su mamá y además le compraría regalo. Finalmente, la joven le dio un abrazo al hombre que la ayudó de una gran manera y que probablemente le cambió la vida.
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