Este nuevo experimento social le está dando una nueva esperanza a aquellas personas de buen corazón.
En la actualidad ha surgido una serie de cuestionamientos sobre aquellas personas que se dedican a pedir dinero en la calle. La desigualdad social, la crisis económica y el desempleo ha orillado a muchos jóvenes a tener que recurrir a acciones extremas para poder tener qué comer. Ya sea cantar en los camiones, limpiar vidrios, ir por la calle ofreciendo sus conocimientos a cambio de comida o incluso tener que pedir dinero en la vía pública.
Esto ha generado que muchas personas comiencen a tener desconfianza, pues muchos que viven en situación de calle todavía disfrutan de buena salud para ponerse a trabajar, levantando la sospecha entre la gente de que se trata solo de personas vividoras.
Si bien el recelo de la gente es justificado, aún hay muchas personas en el mundo que se encuentran en situaciones críticas y que necesitan de la buena voluntad de las personas para sobrevivir un día más.
En redes sociales se ha creado la tendencia de hacer experimentos sociales. En este mundo que se ha insensibilizado del sufrimiento ajeno, estas pruebas funcionan para ver si aún existe un poco de empatía hacia los demás.
Recientemente se dió a conocer el caso de una persona que salió a las calles de su ciudad para poner a prueba precisamente esto. El hombre fue con distintas personas a preguntar si “le podían regalar una moneda para comer”. Si bien hubo quienes rápidamente lo despidieron y hasta le recalcaron que él mismo podía conseguir el dinero para comer, hubo alguien que hizo la diferencia y se compadeció de él.
El hombre llegó con un abuelito de nombre “René”. El adulto mayor se encontró en conflicto cuando el protagonista le pidió algo de dinero, pues René solo traía unos pesitos. Sin embargo, al ver al hombre, el mayor se preocupó genuinamente y hasta le preguntó si ya había comido.
Ante la negativa del protagonista, el abuelito no dudó en invitarle una frutita. René no sabía que su buena acción sería recompensada en ese mismo momento por la persona a la que había decidido ayudar.
Ambos se sentaron a platicar un rato mientras el hombre disfrutaba de su comida. René compartió que a pesar de que tiene hijos y estos ya son profesionistas, ellos no lo visitan a él y a su esposa enferma, la cual tiene un serio problema en la columna. René se ve obligado a encontrar dinero de donde se le presente la oportunidad pues su pensión no es muy buena, sus hijos no le ayudan y las medicinas para la enfermedad de su esposa superan los 2 mil pesos semanales.
Ante la triste historia de este señor, que a pesar de sus problemas económicos no dudó en ayudar a alguien necesitado, el hombre que estaba grabando este video decidió recompensarlo.
El hombre le confesó a René que esto se trataba de un experimento social y que a pesar de que fue con varias personas, él fue el único que le extendió la mano en señal de ayuda. Es entonces cuando saca una caja llena de globos e invitó a Rene a reventarlos.
Dentro de estos, había una gran cantidad de dinero, lo suficiente para cubrir un mes entero del tratamiento de la esposa de René. Si bien en un principio el mayor se veía reacio a aceptar el dinero, el hombre al que ayudó le insistió en que se lo quedara, pues era la recompensa por su buena obra. Al final, el hombre mayor le agradeció entre lágrimas a su benefactor, asegurando que seguramente se trataba de un ángel.
Contesta