Luego de una relación de varios años, Cat Wilkinson, profesora de Educación de la Universidad John Moores en Liverpool decidió casarse con su novio Mike, y aunque todos esperarían la gran boda con invitados y un vestido de ensueño, ella optó por algo más económico.
La joven maestra de 32 años encontró su vestido perfecto un día después de haberse comprometido y lo hizo en una tienda de caridad. De encaje blanco, con mangas largas y entallado al cuerpo, Cat supo que la tienda Sue Rider en Nueva York era la indicada para comprar lo que usaría en su boda.
El Daily Mail dijo que Wilkinson visitó varias tiendas vintage pero no encontraba nada, hasta que la pieza de 40 dólares la convenció y decidió adquirirla sin dudar. Después le dijeron que era de la década de 1950 y que lo más probable es que fuera hecho a mano.
Cat alteró algunas cosas del vestido, quiso añadir botones en la espalda y en las mangas, además de algunos detalles florales en la parte delantera.
Como su historia se volvió bastante conocida, Cat compartió un poco del detrás de la situación en las redes sociales.
«El día que Mike me propuso matrimonio, me llevó a pasar una noche en York. Al día siguiente me puse a mirar las tiendas de caridad (cosa que hago a menudo) y vi el vestido en una de las vitrinas. Era una tienda de caridad de dos pisos, que ofrecía ropa de segunda mano. Yo estaba en el piso de arriba y llamé a Mike para decirle que no subiera porque me estaba probando algo, y pregunté si el voluntario de la tienda podía subir a tomarme una foto», escribió.
También declaró en Metro que ella jamás imagino que el vestido le fuera a quedar tan bien, pero que incluso la señora que trabajaba en la tienda le dijo que todo indicaba que el vestido fue hecho para ella.
Los retoques y los cambios le costaron 240 dólares, por lo que al final, el vestido de novia le costó menos de 300 dólares. Nada mal para un vestido usado
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