En lugar de hacer una ostentosa fiesta, Renato y Taina decidieron donar ese dinero para que niños en África pudieran recibir educación.
Cuando una pareja decide unir sus vidas para siempre por medio del matrimonio, lo primero en lo que se piensa, por lo general, es en el gran festejo. Tan pronto como se hace la propuesta, los preparativos comienzan y también los pagos. Tanto la pareja como las familias deben sacar sus ahorros y hacer cuentas para lograr una boda de ensueño. Si bien es cierto que no todos planean echar la casa por la ventana, por más sencilla que sea, una fiesta de boda suele ser bastante cara.
Muchas parejas deciden no realizar un extravagante festejo; en su lugar, utilizan el dinero en otras cosas como un viaje o comprar una casa y muebles. Pero unos novios originarios de Brasil decidieron hacer algo diferente, un acto generoso que beneficiara a alguien más allá de su círculo social.
Renato Marques y Taina Pessoa estaban muy entusiasmados cuando decidieron dar el sí frente a un altar. Como era de esperarse, la pareja comenzó a pensar en todos los detalles de la ceremonia en la iglesia y de la fiesta increíble que darían a sus invitados. Ellos querían tener un momento inolvidable al lado de sus seres queridos que los acompañarían en su unión.
Sin embargo, con el paso del tiempo se dieron cuenta de las grandes sumas de dinero que tendrían que destinar a ese festejo. Aunque contaban con la cantidad necesaria para pagar lugar, banquete, decoración, invitaciones, música y muchas cosas más; algo en su interior no se sentía bien.
Renato y Taina pensaron que era una locura gastar tanto dinero en un festejo momentáneo.
Así, los tortolitos cancelaron el evento y tomaron todo el dinero que estaba destinado a la fiesta para donarlo a una institución de beneficencia en África. Este dinero sería destinado para la construcción de una escuela para niños de escasos recursos.
«En nuestras últimas vacaciones, nos embarcamos en una misión humanitaria de la ONG Fraternidad Sin Fronteras que nos ayudó a reconocer que somos inmensamente privilegiados por todo lo que Dios nos ha dado y que podemos hacer mucho por aquellos que están luchando, donde quiera que estén», escribió Pessoa.
Al final, los novios decidieron pararse frente al altar para dar el sí, acompañados de pocos invitados y con una ceremonia austera pero no por eso menos linda. Al terminar la boda no hubo festejo y de hecho, la pareja no quiso recibir regalos; en su lugar, pidió a los invitados que también donaran el dinero que gastarían en el obsequio. Así, los invitados también hicieron un pequeño aporte al proyecto en África.
La novia mencionó que luego de su viaje vio un «escenario de miseria absoluta» que les hizo cambiar, a ella y a su novio la perspectiva en cuanto a las fiestas. Es por eso que les pareció una mejor idea destinar el dinero de la celebración a un proyecto que rindiera frutos.
«Seguro que nuestro corazón no se alegraría tanto con la celebración de una boda cuando nuestra conciencia nos muestra que podríamos estar contribuyendo al destino de miles de niños», expresó Taina.
Los recién casados siguen recibiendo donaciones de personas que quieren contribuir al noble proyecto. Su meta es llegar a recaudar 36 mil dólares para la construcción de la escuela; al momento llevan 6 mil.
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