Tal parece que el origen del tan conocido «cangrejo de río» tiene una explicación científica de lo más inusual. Un equipo internacional de varios científicos realizó la secuencia del ADN de la especie Procambarus virginalis, y llegaron a la conclusión de que los ejemplares que existen en la actualidad descienden de una sola hembra, la cual fue criada en cautividad.
Aunque pueda parecer imposible, la mencionada hembra sufrió una mutación y como resultado pudo comenzar a reproducirse asexualmente, por varias décadas varias de sus mutaciones se extendieron a lo largo del mundo.
Frank Lyko, parte del estudio y del Centro Alemán de Investigación del Cáncer, llamó al fenómeno «invasión de clones» y tiene sus propios argumentos.
Tomando en cuenta que el cangrejo del río es una especie que puedes encontrar en diferentes regiones, el animal es extremadamente invasor y puede estar en Europa, África o Asia sin detenerse a pensar del daño o amenaza que genera para los ecosistemas.
“El llamado cangrejo de río de Texas se propagó rápidamente en un acuario. Eran grandes y estéticamente agradables, lo que los hizo populares entre los acuaristas”
Es entonces que la procambarus viginalis se convirtió en un animal de fácil acceso, a tal punto de poder encontrarla en acuarios en lugar de su hábitat natural.
“Un solo individuo fundó toda una especie, y ahora tenemos miles de millones de ellos en todo el mundo”, dijo el neurocientífico Wolfgang Stein a la revista National Geographic.
En años anteriores, el equipo de investigadores hizo varias estimaciones sobre el número adecuado de la población de los cangrejos en Madagascar, los resultados arrojaron que en un lapso de 10 años se han multiplicado por 10.
Con tal de detener la sobrepoblación de estos animales y por lo tanto su aparición en más lugares, algunos países europeos y los Estados Unidos determinaron que era mejor prohibir su cría en cautiverio.
«Estamos viendo, en cámara lenta, durante la evolución de estos animales, algo que sucede durante las primeras etapas de la formación de tumores», dijo Lyko a National Geographic, refiriéndose al hecho de que el cáncer también es, en sí mismo, una mutación.
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