Desde hace varias décadas se conoce existencia de un agujero en la capa de ozono, en la región ártica, al norte de nuestro planeta. Los esfuerzos para hacer que se «cierre» han sido muchos y el agujero es constantemente monitoreado; de hecho, durante la pandemia, se recuperó un poco. Sin embargo, ha surgido una nueva preocupación pues ya no se trata de un solo agujero sino de dos.
Recientemente se detectó un nuevo agujero en la zona tropical de la Tierra.
Es 7 veces más grande que el del ártico y además permanece abierto todo el año, lo que investigadores llaman una «gran preocupación global». Se cree que el agujero tropical ha estado abierto desde la década de 1980.
Un agujero en la capa de ozono es un área donde la pérdida de O3 (trióxigeno, que es una molécula inorgánica) es 25% mayor al resto de la atmósfera circundante. En estas, los niveles de radiación ultravioleta son más altos por lo que la superficie terrestre queda más expuesta, lo que representa una amenaza para la salud humana ya que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer en la piel y otras enfermedades.
El agujero de los trópicos se detectó gracias a una combinación de datos y rayos cósmicos. Usando modelos de reacción de electrones impulsados por rayos cósmicos y un conjunto de datos de observación, se encontró que había mecanismos físicos sobre los trópicos muy similares a las condiciones en el agujero de ozono polar.
De acuerdo con el artículo publicado en la revista AIP Advances, el agujero tropical tiene una profundidad comparable a la del agujero polar; sin embargo, es siete veces más grande. El tamaño del agujero sumado a su ubicación, son factores que tienen realmente preocupada a la comunidad científica pues las consecuencias sobre la salud de la población podrían ser muy graves.
«Los trópicos constituyen la mitad de la superficie del planeta y albergan a aproximadamente la mitad de la población mundial», explicó Qing-Bin Lu, científico de la Universidad de Waterloo y autor del artículo.
También se descubrió que el agujero tropical es persistente todo el año. En comparación, el agujero polar tiene un ciclo estacional y pierde más O3 en septiembre y octubre, pero lo recupera antes de que comience el ciclo nuevamente. Por otra parte, el agujero tropical persiste a lo largo de las estaciones, lo que significa que las personas que se encuentran debajo están expuestas a altos niveles de radiación ultravioleta durante todo el año.
«El agotamiento de la capa de ozono puede conducir a un aumento de la radiación UV a nivel del suelo, lo que puede aumentar el riesgo de cáncer de piel y cataratas en los humanos, así como debilitar el sistema inmunológico, disminuir la productividad agrícola y afectar negativamente a los organismos acuáticos y ecosistemas sensibles«, comentó Lu.
Desde la década de los 70s, los científicos han advertido sobre el papel que juegan ciertos productos químicos industriales en el agotamiento de la capa de ozono. Incluso, se llegaron a prohibir los clorofluorocarbonos (CFC) al ser considerados los mayores culpables. Sin embargo, los efectos de estos productos parecen seguir estando presentes.
«El hallazgo actual exige estudios más cuidadosos sobre el agotamiento de la capa de ozono, el cambio de la radiación UV, el aumento de los riesgos de cáncer y otros efectos negativos sobre la salud y los ecosistemas en las regiones tropicales«, mencionó Lu.
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