Rubén Moyano, un maestro que diariamente recorre 300 kilómetros para dar clase

Tiene 34 años y trabaja en tres escuelas distintas.

Ser profesor es algo que requiere de mucho tiempo y dedicación. Pero al final, todo el esfuerzo vale la pena cuando un alumno aprende algo nuevo. Esto es algo que Rubén Moyano, un profesor de economía tiene muy claro. No hay nada que lo detenga para asistir a sus clases.

En el Galpón, una localidad al sur de Salta en Argentina, vive Rubén, un hombre de 34 años que se dedica a la docencia. Actualmente trabaja en tres escuelas: la secundaria 5068 de Coronel Mollinedo, la Anexo Río del Valle, y la 5037 de Las Lajitas. Los lunes por la mañana imparte clases en la tercera, mientras que por las tardes va a la primera, en la que también tiene clases los viernes. La Anexo Río del Valle se encuentra a 110 kilómetros de su casa y asiste solo los días miércoles.

Sin embargo, esta escuela no es la más lejana de su domicilio pues para llegar a la Mollinedo debe recorrer 150 kilómetros de ida y lo mismo de regreso. Asimismo, para ir a Las Lajitas, emprende un viaje de tres horas. El tiempo que pasa en el camino es superior por mucho al tiempo que pasa en cada aula.

«Viajo durante muchas horas para dictar 45 minutos de clase. Paso más tiempo en la ruta que en el aula», comentó Rubén a medios locales.

Pero las distancias no son el único problema de este hombre pues también debe lidiar con el transporte público. Resulta que sus horarios no se ajustan al de los camiones por lo que usarlos no es una opción. Mencionó que es imposible para él viajar en transporte público porque el colectivo pasa a las 3 de la mañana.

Entonces, Rubén tuvo una gran idea.

Hizo un cartel con el texto «Soy docente» y se paró a un lado de la carretera, con la esperanza de que algún conductor se detenga y le dé un aventón. Hasta el momento le ha funcionado.

El hombre confesó que sí ha pensado en mudarse a una casa más cerca de su trabajo; sin embargo, el sueldo no le alcanza para eso. Además, debe cuidar a su madre jubilada y cambiar de casa a un lugar con escuelas más cercanas, sería alejarlo de su progenitora.

Otro detalle a considerar es la corrupción pues según Rubén, tampoco puede enseñar cerca de su casa porque hay personas con importantes cargos políticos. Aunque desea hacerlo, por el momento parece imposible. Aún así, este hombre demuestra que su pasión por enseñar es mucho más grande.

Contesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.