Vendía frutas y verduras de niño, ahora se graduó de doctor en USA

Siempre tuvo claro que quería estudiar y tras mucho esfuerzo, logró convertirse en doctor con especialidad en fisicoquímica.

Una pregunta constante que se le hace a los niños es sobre su inquietante futuro. «¿Qué quieres ser de grande?» resuena entre la comunidad infantil. Algunos quieren ser astronautas, profesores, pilotos de avión, veterinarios, abogados; etc, etc.

Sin embargo, con el paso del tiempo estos deseos pueden ir cambiando y al llegar a la adultez, terminan dedicándose a otra cosa totalmente diferente. Aunque hay algunos casos en los que las condiciones no son favorables para estos pequeños y terminan abandonando sus estudios porque deben trabajar.

Ricardo Pedro Pablo es un joven originario de Oaxaca, México, que desde muy temprana edad tuvo que comenzar a trabajar. A pesar de eso, él estaba seguro desde pequeño que quería continuar sus estudios y lograr cosas grandes.

Dejando de lado su infancia, se puso a vender frutas y verduras para ayudar a su madre con los gastos de la casa y de paso, ahorrar un poco de dinero. Ricardo planeaba juntar lo suficiente para pagarse una carrera universitaria.

Cuando llegó ese momento, el joven se mudó de su hogar en la región de la Cuenca hacia la Ciudad de México para estudiar en la facultad de química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Pero este sería solo el comienzo pues Ricardo tuvo que esforzarse el doble para destacar entre todos sus compañeros.

Así se convirtió en un estudiante ejemplar que obtuvo una beca de la Conacyt para estudiar en la ciudad de Boston, Estados Unidos. En 2012 ingresó al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), de donde se graduó como doctor en fisicoquímica.

Pero Ricardo planea seguir estudiando y triunfando en un país extranjero. Tiene la intención de realizar un postdoctorado y continuar con sus proyectos e investigaciones en el laboratorio del MIT.

Además, el joven se convirtió en el máximo orgullo de su familia. Su madre estuvo presente en la graduación y vistió un huipil típico de la Cuenca, demostrando sus raíces. Ricardo es uno de los muchos ejemplos que nos demuestran que cuando se quiere se puede y que todos los esfuerzos tienen su recompensa.

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